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Danilo Medina ha conseguido lo que muchos llaman el “desquite electoral” al vencer esta vez en las urnas a Hipólito Mejía, de quien había perdido las elecciones presidenciales del 2000. La cuenta política ha sido saldada 12 años después.
El candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Bloque Progresista vino por la revancha y venció.
Danilo ahora se coloca a la “una y una” con respecto a él y el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Fue en los comicios celebrados el 16 de mayo del año 2000 cuando Medina y Mejía se enfrentaron por primera vez en una contienda electoral, de la que sacó ventaja el dirigente perredeísta, pasando a encabezar la administración 2000-2004.
Posteriormente, en las presidenciales del 2004, en las que Hipólito intentó reelegirse desde el poder, Danilo solo pudo asomar el deseo de enfrentarlo, pues entre él y Leonel Fernández el PLD escogió en su proceso interno al actual mandatario para medirlo a Hipólito, quien pierde aplastantemente las elecciones.
De cara a los comicios del 2008, Danilo entendió que era su momento para intentar con éxito una segunda oportunidad electoral, pero nuevamente se impuso el liderazgo de Fernández, quien gana otra vez la convención interna del PLD que lo postula para enfrentarlo en esa ocasión al ingeniero Miguel Vargas, quien cae derrotado en las urnas.
Para entonces Danilo, quien no aceptó de buen gusto la derrota interna en el partido oficial, jugó un papel tímido y conservador en la campaña electoral de referencia, aunque públicamente votó por Leonel Fernández, despejando dudas que podían surgir en ese sentido.
Transcurrido el proceso electoral del 2008, Medina se mantuvo alejado del poder, no aceptó cargos públicos, y se desligó por completo del gobierno del presidente Fernández.
Sin exponerse públicamente durante un largo tiempo, Danilo continuó su trabajo político por todo el país, realizando consultas dentro y fuera del Partido de la Liberación Dominicana, lo que le permitió estructurar un buen equipo que trabajó incansablemente hasta el día de estas elecciones.
Un histórico pacto político entre Miguel Vargas y Leonel Fernández eliminaba el nunca jamás en la Constitución de la República respecto a la reelección presidencial, permitiendo que Hipólito Mejía (entonces en el olvido para fines electorales) se presentara como opción para la contienda siguiente.
En lo que Miguel calificaba como una acción fraudulenta, Mejía finalmente se impuso en la convención del PRD, proceso que permitió un padrón abierto y en el que extra partidos (peledeístas) pudieron votar por el que consideraran el candidato más vulnerable.
En una fecha posterior Danilo triunfaba fácilmente, sin traumas ni mayores dificultades en la contienda interna del Partido de la Liberación Dominicana, completando lo que sería el cuadro electoral para las elecciones que acaban de celebrarse: El enfrentamiento por segunda vez entre Medina y Mejía.
Hipólito y sus seguidores apostaban a consumar el dicho popular de que “al que le dan una primera vez, le dan dos veces”, mientras que del litoral de Danilo se aguardaba la oportunidad para producir la revancha y reponerse a aquella derrota del año 2000.
De quien hace 12 años cayó vencido en las urnas, ahora sobre esa misma persona Danilo logra su primer triunfo electoral, e iguala las acciones respecto al mismo contendor: una victoria contra una derrota. “Estamos a manos”, diría el pueblo.
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